Saturday, November 22, 2008

el Mandil...

El rol materno, en toda la extensión de la palabra, es representado en  la sociedad mexicana por el poderoso, mágico y cochino mandil.

En cualquier situación el mandil distingue a la madre de las otras “señoras” y si complementos femeninos, lazos, perifollos y color rosa son suficientes para hacer saber a los niños que se trata de una mujer o de un animal hembra, se necesita un mandil para que sepan que es una “mamá”.

Mamá lleva puesto su mandil en todo momento, lo lleva incluso a veces en la calle. El mandil de mamá puede ser pobrecito, o más bien coqueto, rematado con un volantito, estampado con flores… Es este último el que papá se pone para “ayudarla” a lavar los trastes y que le hace un poco ridículo, como para decir claramente a los niños que su contribución es ocasional, que no merece la adquisición de un mandil, que por un instante papá sale de su papel y de su dignidad para hacer, amablemente, una tarea que no le compete.

 

El eterno mandil de mamá es el símbolo de su disponibilidad sin límites al servicio de la familia, de su completa pertenencia al hogar, de su única función de ama de casa.

Pero los tiempos han cambiado y ahora las “jefas” ya no usan mandil, andan con minifalda y tacones, de parranda con sus amigas o buscando algún galán veinteañero que les haga olvidar a ese marido borracho y panzón que tienen en casa. Y como los tiempos han cambiado, he venido por primera vez a reclamar ese lugar que nos pertenece por derecho, por que somos hijos de nuestras mamas, con el valor que me da el haberlo vestido desde muy niño y orgulloso de lo que representa, y mas aún: los poderes que me da al cocinar he de hacerle un homenaje al Mandil.

1 comment:

LaMaamitaHermosaa said...

I loved it papito! Viva el mandil rojo de la carne asada!